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lunes, 2 de noviembre de 2009

VIDA EQUILIBRADA Y PLENA

A medida que pasa el tiempo, equivocadamente bloqueamos nuestras emociones para no arriesgar nuestra imagen de seriedad y racionalidad. Lo aconsejable más bien es dejar aflorar esas emociones y canalizarlas adecuadamente, para lograr una vida equilibrada y plena.
DAVID FISCHMAN, autor de " EL SECRETO DE LAS SIETE SEMILLAS " nos ofrece en su novela siete enseñanzas:
1. Primera semilla
La primera semilla de la felicidad es el autoconocimiento. El maestro oriental le explica a Ignacio que los niños son como semillas. Tienen un potencial inmenso cuando nacen, como si fueran un árbol de vida capaz de alcanzar las mayores alturas. Pero si los padres golpean la semilla, si maltratan al niño, lo humillan, lo violentan, no lo valoran y no le dan cariño, entonces la semilla no germinará. A lo sumo, si crece, producirá un árbol débil y limitado.
Sin embargo, a diferencia de las semillas, los seres humanos que han sido golpeados de niños sí pueden crecer, desarrollarse y ser felices. Pero para lograrlo necesitan conocerse a sí mismos, tomar conciencia de su pasado y de cómo los afecta en el presente. De allí la importancia del autoconocimiento.
Las sensaciones
derivadas de momentos difíciles de nuestra niñez están grabadas en una memoria emocional de la cual no somos conscientes. A esta memoria se le denomina técnicamente "memoria subconsciente" y tiene la particularidad de ser atemporal, es decir, que la recordamos como si fuera ayer.
Los momentos duros y tenebrosos de nuestra niñez se proyectan en emociones destructivas que sabotean nuestras
relaciones interpersonales y nuestra autoestima, impidiéndonos muchas veces lograr la felicidad.
La verdad es que proyectamos nuestras memorias subconscientes en la pantalla de las situaciones y personas del presente.
Nuestra mente es como un iceberg. Nuestro consciente es la pequeña parte que está fuera del agua. Pero ese iceberg tiene una inmensa masa de
información sumergida que no podemos ver: nuestro subconsciente. Mientras más conciencia y conocimiento uno tome de su subconsciente, más libertad y capacidad se tendrá para ser feliz.
Otro de los sencillos ejemplos del maestro de Ignacio Rodríguez, protagonista de "El secreto de las siete semillas" nos sirve para aclarar aún más lo que ya se venía explicando en la obra: "Cuando te tomas un té usando una de esas bolsitas filtrantes,
el agua de tu taza se tiñe gradualmente de un color oscuro. De la misma forma, ante las diferentes situaciones de la vida, si nuestra niñez ha sido difícil, nosotros somos como los sobres de té. Teñimos las situaciones con emociones oscuras guardadas por largo tiempo en nuestra mente, pero por desgracia no somos conscientes de ello".
La mayor parte de la gente se resiste a reconocer la turbiedad de sus emociones porque está tan asustada con esas aguas negras que justamente las bloquean, las retienen y las mantienen. Al aferrarse a ellas, se esclavizan más todavía. Por eso la recomendación del maestro es dejar que salgan las aguas negras de las emociones y luego, recién entonces, podrán brotar las aguas transparentes que hay que canalizar para desarrollar una vida feliz.
La clave del autoconocimiento se parece a la experiencia de pasar de manejar un auto automático, sin pensar y sin tomar conciencia de cada acto, a un auto mecánico, para el que se necesita estar consciente de cada cambio. El hecho de darse cuenta de los propios errores y limitaciones es ya un gran avance.
Cuando uno está vendado y tiene que caminar por un sendero donde hay varios fuegos, puede esquivarlos al detectar su
calor. Lo mismo en la vida real. Si uno tiene fuegos emocionales que lo llevan a actuar agresivamente, por lo menos debe percibir su calor e intentar controlarse. A medida que se tome más conciencia de las propias conductas, se tendrá una mayor capacidad de mejorar y transformar la propia existencia.
2. Segunda semilla
La segunda semilla de la felicidad nos ayuda a encontrar la paz interior y ponernos en contacto con nuestra energía interior: se trata de la meditación. Es sabido que dentro de nosotros existe un tesoro inmenso de tranquilidad, de sosiego y calma. Pero ese tesoro está custodiado por unos guardianes que son nuestros pensamientos. La única forma de poder acceder a este tesoro es dándole un descanso a los guardianas. En otras palabras, dejando de pensar.
Gracias a la meditación, el ser humano se pone en contacto
periódico con su energía vital y va recuperando entonces sus cualidades innatas. Logra humedecer tanto sus leños mentales que, después de un tiempo de práctica, ya no prenden fuego. Esto quiere decir que por más que uno enfrente problemas y dificultades complicadas, ya no se explota ni se estalla en ira.
Y esto porque las personas somos como focos de luz pintados por fuera de negro. Cuando dejamos de pensar diariamente por unos minutos, descascaramos la
pintura poco a poco. Nuestra luz interior empieza a brillar en nuestra vida, nos hace más felices, pero sobre todo nos orienta a seguir iluminando otras vidas.
Los seres humanos somos también como jarrones de plata abandonados: no han sido limpiados en mucho tiempo y están oscurecidos. Todos estamos acostumbrados a verlos oscuros y no sabemos que esa no es su verdadera apariencia. Al dejar de pensar y meditar es como si los limpiáramos un poco cada día. Llega un momento en que la plata empieza a brillar y a iluminar por sí misma. Pero si la dejamos de limpiar, sino practicamos diariamente, se vuelve a ensuciar.
A lo largo del capítulo 3 del libro, Fischman explica brevemente cómo aprender a meditar, a desconectarse de las preocupaciones y a respirar, a fin de encontrar a Dios dentro de sí.
3. Tercera semilla
La tercera semilla es el control del ego. Cuando uno se molesta, se angustia o le da rabia, atrae al ego. Cuando uno está en paz, con tranquilidad y equilibrio, el ego se aleja.
"Cuentan que unas personas – dijo el maestro a su discípulo- estaban navegando en un bote, cuando una de ellas comenzó a perforar debajo de su asiento. Los otros pasajeros le gritaron: "¿Qué estás haciendo? ¿Te has vuelto loco?". El pasajero respondió: "¿Qué les preocupa a ustedes? Es mi asiento el que estoy perforando". Y las personas le contestaron: "El agua entrará por tu hueco y no sólo te hundirá a ti sino también a nosotros". Lo mismo le ocurre a la humanidad. Cada persona se preocupa por sus cosas y no se da cuenta de que con su conducta está hundiendo a la humanidad entera".
Muchas veces pensamos que nosotros somos los únicos que sabemos y que somos más inteligentes y que tenemos la razón más que los demás y no queremos escuchar a los demás; es el ego que actúa por nosotros y nos impide ver la realidad, nuestra realidad interna que cada uno de nosotros poseemos, es como una máscara el cual impulsa nuestra forma de actuar inconscientemente. Una forma de reducir el ego es tomando conciencia de nuestro actos y meditando.
4. Cuarta semilla
La cuarta semilla, la del servicio desinteresado, deviene natural cuando se ha conseguido obtener la tercera, la del control del propio ego. Es en el servicio que
el hombre crece y se desarrolla más en armonía con los otros y consigo mismo.
El servicio es el opuesto al ego. El servicio es dejar de pensar solamente en ti y pensar en los demás. Servicio es preocuparse en el crecimiento y desarrollo de otras personas.
5. Quinta semilla
La quinta semilla es la del girasol, flor que simboliza el apego a la luz. Debemos ser fieles a nuestros
principios, valores y virtudes morales, practicando siempre la ética profesional.
Esta semilla nos enseña que debemos dedicar nuestro tiempo a lo importante, no sólo a lo urgente. Para lograr esto debemos aprender a delegar, a confiar más en los otros, a dejar que vuelen solos. Si los que nos rodean crecen integralmente y se superan, lo haremos nosotros también.
Usa la regla de oro: "No le hagas a otros lo que no quieres que te hicieran a ti". Ahora la semilla de girasol nos permite llevar tu luz por todo tu camino en la vida, asegurando que el sendero esté iluminado. Disfruta la paz y la tranquilidad, y cosecha los frutos producidos por vivir éticamente.
6. Sexta semilla
La sexta semilla es la del equilibrio, la que nos
muestra la importancia de alcanzar la armonía en los diferentes papeles que jugamos en la vida. Sigamos el ejemplo del pino: sus ramas logran el balance perfecto, recibiendo por igual la energía del sol. En vez de angustiarnos y cargas con los problemas, aprendamos del pino a permanecer siempre ligeros.
Esta semilla nos enseña el equilibrio que debemos de tener entre nuestra vida y las actividades que tenemos que realizar cada uno de nosotros; por ejemplo si tenemos familia, no descuidarla y tomarnos un tiempo para estar con ella, nos descuidemos nuestro alimento que es lo más importante; consumiendo alimentos sanos y equilibrados los cuales nos van a proporcionar tranquilidad y paz e incrementan nuestra vitalidad y
fuerza (vegetales, verduras, productos lácteos y comida fresca), y hacer los mas importante y dejar, dejar de mirar la televisión y leer los periódicos, así sabremos que hacer y que no hacer.
Planificando cada semana, podremos darle tiempo a los diversos roles de nuestra vida en forma pareja, sin descuidar ninguno.
7. Séptima semilla
La sétima y última semilla es la de la libertad y está representada por el árbol del junco. Este árbol tiene la particularidad de ser totalmente flexible. Tiene la capacidad de soportar vientos huracanados y hasta de doblarse y colocarse en posición horizontal. Su flexibilidad le da libertad total de movimientos. Lo único que es rígido y no se mueve es su raíz, que le sirve de centro y lo arraiga al suelo.
Así, si bien todo cambia en el mundo material, lo único que no cambia es el espíritu. De allí que el cultivo de nuestro espíritu, que será lo único que nos trascienda, tiene que ser uno de los
objetivos más importantes de nuestra vida.
Muchas veces tenemos miedo a los cambios, pero cambio es bueno y debemos estar dispuestos a cambiar y ser flexible. El reto del ser humano es tener el valor de crear nuevos caminos y dejar las rutas conocidas, para mejorar y crecer. Cambiar significa asumir el
riesgo de equivocarse y esto nos hace vulnerable, que es exactamente lo que el ego no quiere. Tienes que ser sordo a las cosas negativas.

El secreto de las siete semillas es un libro que toda persona que busca la felicidad en su vida debe leer y asimismo deberá poner en práctica sus enseñanzas para evitar: estrés, dolencias físicas, sensación de vacío y frustración.

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